jueves, 29 de mayo de 2008

Bombas españolas.

Rebuscando por youtube acabo de encontrar una pequeña joya. Se trata de un cover de la mítica canción "Spanish Bombs" de The Clash, compuesta en 1979. La versión es de unos tales Tijuana No y la verdad es que está muy bien. La voz de la chica es muy bella y el "videoclip" de lo más interesante:



No obstante esta versión se queda muy pequeña ante la magnificencia del tema cantado por Strummer y compañía; he aquí a los Clash tocándola en directo:




Uno de los mejores homenajes en forma de canción a los que se dejaron la piel luchando contra el fascismo entre 1936 y 1939. He aquí la letra:

Spanish songs in Andalucia,
the shooting sites in the days of ’39.
Oh, please leave, the VENTANA open.
Federico Lorca is dead and gone:
bullet holes in the cemetery walls,
the black cars of the Guardia Civil.
Spanish bombs on the Costa Rica -
I’m flying on in a DC-10 tonight.

Spanish bombs; yo te quiero infinito.
Yo te quiero, oh mi corazón.
Spanish bombs; yo te quiero infinito.
Yo te quiero, oh mi corazón.

Spanish weeks in my disco casino;
the freedom fighters died upon the hill.
They sang the red flag,
they wore the black one -
but after they died, it was Mockingbird Hill.
Back home, the buses went up in flashes,
the Irish tomb was drenched in blood.
Spanish bombs shatter the hotels.
My señorita’s rose was nipped in the bud.

Spanish bombs; yo te quiero infinito.
Yo te quiero, oh mi corazón.
Spanish bombs; yo te quiero infinito.
Yo te quiero, oh mi corazón.

The hillsides ring with “free the people” -
or can I hear the echo from the days of ’39
with trenches full of poets,
the ragged army, fixing bayonets to fight the other line?
Spanish bombs rock the province;
I’m hearing music from another time.
Spanish bombs on the Costa Brava;
I’m flying in on a DC-10 tonight.

Spanish bombs; yo te quiero infinito.
Yo te quiero, oh mi corazón.
Spanish bombs; yo te quiero infinito.
Yo te quiero, oh mi corazón,
oh mi corazón,
oh mi corazón.

Spanish songs in Andalucia:
mandolina, oh mi corazón.
Spanish songs in Granada, oh mi corazón,
oh mi corazón,
oh mi corazón,
oh mi corazón.

domingo, 25 de mayo de 2008

Teutoburgo 9 dC. ¡¡Varo, mamón, devuélveme mis legiones!!



En el land de la Baja Sajonia, actual Alemania, tuvo lugar una de las batallas más bestias de la historia de Roma. En los bosques cercanos a la actual ciudad de Kalkriese tres legiones, la XVII, XVIII y XIX fueron completamente aniquiladas por los germanos.

A principios del siglo I dc, Augusto intentó controlar Germania, una zona que estaba demasiado cerca de Italia y que había permanecido inconquistable. Los motivos del emperador eran obvios: crear una línea defensiva a lo largo del Elba era más fácil de mantener que una a lo largo del Rin. En el noveno año de nuestra era el emperador envió a un flamante gobernador a la región, Publio Quintilio Varo, cuyas órdenes eran romanizar la zona que supuestamente estaba ya bastante controlada por Roma.

Este despliegue de tropas no agradó en demasía a los germanos; entre ello surgió un líder rebelde que había sido un alto oficial en las legiones romanas y que tenía la ciudadanía romana: Arminio, de la tribu de los queruscos. Su experiencia como comandante en el ejército de Roma resultó vital para su gran victoria.

En el año 9 dc, el caudillo germano propagó el falso rumor de que había problemas en una zona alejada de la nueva provincia para que así el gobernador enviase tropas lo más lejos posible. El gobernador Varo cayó en la trampa y se dirigió a la presunta zona problemática con tres legiones, guiados por los exploradores de Arminio que se hicieron pasar por aliados de Roma, las legiones se perdieron en la zona más recóndita de Germania gracias a estos guías.

Una vez las tres legiones se encontraron en terreno desconocido, los ejércitos alemanes comenzaron el hostigamiento, al principio en forma de pequeñas emboscadas para que los legionarios no desconfiasen en exceso. Finalmente, Arminio consiguió que los romanos se situasen en la zona que había elegido para el ataque final: el bosque de Teutoburgo, al borde de los montes Wiehen. En esta zona el bosque era prácticamente impenetrable, más aún cuando empezó a llover con fuerza y el terreno quedó impracticable. La situación táctica de las tres legiones era nefasta; al oeste tenían el bosque y al este los pantanos de la zona. El momento que Arminio estaba esperando había llegado.

Los germanos cargaron salvajemente contra las legiones acorraladas con resultados aterradores; los carros de bueyes romanos estaban atascados por el barro, el movimiento era nulo; era el peor escenario posible para un combate a cargo de la infantería pesada de línea romana. La batalla duró tres días; los romanos apenas pudieron hacer nada para defenderse de la implacable marea asesina a cargo de los ligeros infantes germanos; totalmente acorralados por la complicadísima orografía y divididos desde el primer ataque, fueron incapaces de coordinar nuevamente sus líneas. Las legiones XVII, XVIII y XIX fueron completamente aniquiladas, el mismo Publio Quintilio Varo murió en la batalla.

El total de bajas romanas ascendió a unas 20000 o 25000, lo que hizo que no se pudiera sostener el limes germano. Esta batalla supuso la paralización del expansionismo romano más allá del Rin, convirtiéndose el rio en la frontera natural entre el Imperio y los pueblos bárbaros.

La derrota afectó muchísimo al emperador Augusto, según relata Suetonio: "siempre celebró el aniversario como un día de profundo pesar» y «a menudo se golpeaba la cabeza contra una puerta y gritaba: "¡Varo, Varo, devuélveme mis legiones!"»" Desde ese momento los romanos llamaron a esa derrota "el desastre de Varo" ( Clades Variana ) .













Monedas de la XIX legión ( 40 aC )


Monumento a Arminio

sábado, 24 de mayo de 2008

Sarri Sarri. Dedicado a Belén ;-)

El 7 de julio de 1985 dos presos condenados por presunta colaboración con ETA se fugaron de la prisión de Martutene escondiéndose en unos altavoces tras un concierto de Imanol. Eran Iñaki Pikabea y Joseba Sarrionandia ( Sarri ). Los Kortatu les homenajearon con esta canción, una de las mejores de la historia del rock en euskera. Francamente me la pela a quién vaya dedicada y me le pela que se homenajeen a etarras; el hecho objetivo es que la canción es una maravilla y la he bailado miles de veces. Por cierto que la AVT ( Asociación de Víctimas del Terrorismo ) denunció a Fermín Muguruza por tocarla en sus conciertos. Omitiré lo que opino sobre esta organización mafiosa de tintes fascistas. SARRI, SARRI!!!

Este tema lo bailé con primos y amigos en mi boda, siendo uno de los recuerdos más bonitos que tengo, pues hacía muchos años que no me marcaba este ska en plan bestia, muy bestia, je je,acabé por el suelo y con el traje lleno de mierda pero, parafraseando de nuevo a Kortatu "que bien me lo estoy pasando bailando este ska".

Si, ya se que esto no tiene nada que ver con los campos de batalla, pero me apetecía colgar algunos vídeos de uno de los grupos que más marcó mi adolescencia. SALUD!


viernes, 23 de mayo de 2008

En la línea del frente.

Una cançó mítica d´un grup mític. Kortatu.


miércoles, 21 de mayo de 2008

Kephissos, 15 de març de 1311. La cavalleria francesa la caga contra els catalans.

Ja que aquesta batalla a Grècia va estar protagonitzada per catalans, que millor que explicarla en l´idioma que parlaven aquells soldats.

A la batalla de Courtrai de 1302 va quedar palesa la importancia de la infanteria, quan les milicies flamenques derrotaren als cavallers de Felip el Bell de França. Aquesta “Revolució de la infantería” quedaria palesa en gairebé totes les batalles dels segles XIV i XV, pasant per Kephissos, Crécy ( 1346 ), Poitiers (1356) o Agincourt (1415).

En aquest combat va participar la coneguda companya de mercenaris creada per el cavaller templari que va esdevenir “condotiero”; Roger de Flor. Aquest líder mercenari va recuperar alguns dels soldats catalans i aragonesos per a crear la “Companya Catalana”. Els soldats que la formaven eren molts experts, molts d´ells ja havien participat en les Vesprades Sicilianes del 1282. Aquesta força mercenaria composada per uns 6000 homes, entre ells molts soldats d´infanteria coneguts com almogàvers va ser contractada per l´emperador bizantí Andrònic II per a combatre als turcs. El 1305, i després de que Roger de Flor fos asassinat – fet que provocà la brutal “Venjança Catalana”- els almogàvers es retiraren cap a la zona dels Dardanels. Cap al 1307 es desplaçà cap a l´oest i en poc temps conquerí Tràcia i Macedonia, invadí Tesalia i va amenaçar Atenes.

Davant d´aquesta delicada situació, Gualteri I de Brienne, duc d´Atenes, va preferir comprar els serveis de la Companya ja que el més sensat era tenir els Almogàvers com a aliats. I així va ser durant mig any; però passat aquest temps els catalans van “rescindir” el contracte amb el duc francés ( un dels motius va ser l´enraderiment en les pagues, així com la voluntat de Gualteri de dissoldre la Companya ), de manera que els francesos d´Atenes es van enfrontar als catalans a Kephissos.

En aquell moment la Companya Catalana comptaba amb uns 6000 soldats, entre ells s´havien afegit molts turcs i alguns bizantins per a cobrir les baixes. L´Exèrcit d´Atenes estaba composat per uns 6500 homes a cavall, 700 cavallers francesos i uns 8000 homes a peu; es a dir que les forçes franceses superaven a les catalanes per 2 a 1. Però l´experiència dels almogàvers era un factor a tenir en compte.

Kephissos es una zona plana i suau a prop de Tebes, enmig de la qual i havia una gran zona de pantans que els catalans posàren entre ells i els francesos, obrint nous canals per portar aigua d´un riu proper i d´aquesta manera augmentar l´área inundada.

Gualteri de Brienne comfiava totalment en la seva superioritat numérica i va cometre un error fatal. El més prudent hagués sigut tenir en compte la situació del terreny, ja que per arrivar fins als catalans – que ocupaven posicions defensives en uns sól ferme i pla – els francesos tenien que passar per un terreny enfangat i inundat.

L´error fatal va ser enviar a la càrrega amb una primera línia formada per cavallería pesada, amb uns 200 dels més il.lustres nobles francesos de la zona; una càrrega seguida per la infantería. Aquesta càrrega esdevingué un terrible fracás ja que els cavallers, cusits per les fletxes catalanes, es van embarrar i van quedar atascats als pantans. En aquell moment, els lleugers almogàvers només van tenir que baixar a on estaven atascats els atenencs i començar a tallar els colls dels cavallers i nobles francesos tranquilament. Una vegada exterminada la cavallería, els catalans es van ocupar de la inexperta infantería grega.

Kephissos va esdevenir una veritable carnicería; van morir uns 12000 homes d´armes d´Atenes i dels 700 nobles cavallers francesos només en van sobreviure dos. Una vegada neta la zona, els catalans van governar el ducat d´Atenes durant setanta anys.

lunes, 19 de mayo de 2008

Isandlwana. 22 de enero de 1879. La batalla en la que no se salvó ni el gato del regimiento.



Durante la época colonial el hombre blanco atropelló y masacró a todo ejército nativo que se le pusiera por delante; algo que plasmó magistralmente Rudyard Kipling en su excelente – a la par que racista – poema “La Carga del hombre blanco”. Sin embargo hubo algunas notables excepciones: la derrota inglesa en Afganistán ( 1838-1842), la debacle italiana en Etiopía tras la batalla de Adwa (1896) o la catastrófica campaña española de Annual en 1921.

Uno de los episodios más conocidos tuvo lugar en el cono sur africano, en un sitio de nombre impronunciable: Isandlwana. Allí el orgulloso ejército de la Inglaterra victoriana fue aplastado por una fuerza zulú; de nada sirvió la disciplina de los soldados de “Su Majestad”, ni sus flamantes fusiles Martin Henry de retrocarga ante el embite de un pueblo que luchaba por su tierra ancestral. Lamentablemente esta victoria sería a la postre bastante pírrica para los zulúes, ya que la venganza inglesa no se hizo esperar.



A principios del siglo XIX, Inglaterra había ocupado Cape Town para ir extendiéndose poco a poco hacia el norte e ir colonizando todo lo que encontraban a su paso de manera que hacia 1877 los británicos eran la fuerza más poderosa en el cono sur del continente. Sir Henry Bartle Frere, el alto comisionado de la zona se propuso generalizar el dominio inglés, incluyendo en las colonias tanto a los holandeses que llevaban allí desde el siglo XVIII ( Bóers ) como a los pueblos autóctonos. La principal amenaza para los intereses británicos provenía del rey zulú Cetewayo, que se negó a deponer las armas, de manera que Bartle ordenó una gran invasión.

Las fuerzas de su “graciosa majestad” estaban al mando de lord Chelmsford y estaban compuestas por unos 17000 soldados, que iniciaron su avance en enero de 1879 con un claro objetivo: Ulundi, la capital zulú. Una vez cruzado el río Tugela, accidente geográfico que delimitaba la frontera con zululandia, Chelmsford ordenó acampar cerca de una desolada colina conocida como Isandlwana.

El 22 de enero se estableció contacto con las fuerzas nativas, partiendo Chelmsford en su persecución y ordenando dejar el campamento inglés atrás con toda la impedimenta y custodiado por unos 1700 soldados mandados por el teniente coronel Pulleine. El campamento fue atacado por una fuerza de miles de guerreros zulúes armados con lanzas y escudos de piel, aunque algunos de ellos estaban equipados con armas de fuego. Éstos estaban perfectamente organizados y podían realizar rápidas maniobras de envolvimiento doble conocidas como “cuerno de búfalo”; por otra parte su disciplina y ferocidad eran totales, así como su capacidad para cubrir larguísimas distancias durante la noche, hecho que les permitió sorprender a los ingleses en Isandlwana.

Utilizando la táctica del doble envolvimiento rodearon a los ingleses del XXIV Regimiento de Infantería, defendiendo la posición y manteniendo la disciplina pese a tener ante ellos a 20000 negros gritando con mala hostia y empuñando todo tipo de armas aptas para reducir a un elefante. Aquello tuvo que ser acojonante; los zulúes defendiendo lo suyo y bastante hartos de las intromisiones de los hijos de la Gran Bretaña hicieron picadillo al regimiento, no se salvó ni el gato. Bueno, esto último es algo hiperbólico; de los 1700 soldados murieron 1300 y resultaron gravemente heridos 350 . Unos 55 intentaron huir hacia el sur, pero 38 murieron en el intento.

Había sido una enorme victoria; ahora los nativos tenían el camino abierto hacia el sur y sólo se les interponía una pequeña iglesia-misión en donde la única fuerza británica consistía en 139 soldados, de los cuales 36 estaban enfermos. El lugar era Rourke´s Drift....pero esa es ya otra historia.


Muy recomendable resulta el visionado del film "Amanecer Zulú" de 1979, que recrea detalladamente el combate, con Burt Lancaster y Peter O´Toole.

viernes, 16 de mayo de 2008

Flodden Field, 9 de septiembre de 1513.


El siglo XVI fue el último en el que dos Estados diferentes, Inglaterra y Escocia, compartieron el territorio de las Islas Británicas, y aunque hubo periodos de estrecha cooperación entre ambos, a veces entraron en conflicto. La alianza francoescocesa de la primera década del siglo desencadenó una guerra entre Escocia e Inglaterra en 1513.

Enrique VIII había enviado tropas a Gascuña un año antes e invadió Francia en 1513. obteniendo una gran victoria en la batalla de las Espuelas. Jacobo IV de Escocia, cumplió con el compromiso contraído con Francia invadiendo Inglaterra con un enorme ejército. Cruzó el Tweed por Coldstream el 22 de agosto de 1513 con unos 25000 soldados, incluyendo un contingente francés. Los castillos de Wark, Norham y Ford cayeron rápidamente ante la artillería escocesa.


Los ingleses, mandados por el conde de Surrey avanzaron con 20000 hombres, entre los que había arqueros y billmen ( soldados armados con una alabarda rematada por un gancho ), pero no había arcabuceros ni piqueros; por otra parte sus piezas artilleras eran escasas.

El rey escocés respondió ante la aproximación inglesa adoptando una fuerte posición defensiva en la colina de Flodden, pero Surrey marchó rodeando el flanco escocés, poniéndose entre los escoceses y la ruta hacia Escocia. Jacobo tomó entonces una nueva posición defensiva en la colina de Braxton. Las bajas causadas por los cañones escoceses animaron a los highlanders a avanzar sobre la primera línea inglesa, pero ésta se mantuvo firme. Luego se ordenó avanzar a la parte central de los escoceses, cuyos piqueros fueron incapaces de llevar el ímpetu del ataque, siendo derrotados por la infantería de los billmen ingleses, con una eficacia semejante a la de los rodeleros españoles en Cerignola diez años antes






Imagen en un tapiz de la primera mitad del siglo XVI:

El centro de los escoceses se vio presionado al tiempo que otras tropas inglesas – que habían vencido ya al flanco escocés – atacaron por retaguardia. La derrota escocesa se había consumado.

Jacobo IV y unos 5000 de sus soldados murieron en el embite, además de gran parte de la nobleza escocesa.

Tras la batalla se llevaron a cabo negociaciones, que aseguraron la paz entre las dos naciones hasta 1542, año en el que Enrique VIII invadió Escocia para asegurarse su retaguardia antes de su segunda invasión a Francia.








Caballero inglés y billmen.


Esquema de la batalla.














El campo de batalla en la actualidad.

miércoles, 14 de mayo de 2008

La Batalla del Atlántico 1939-1945.



Imaginad que navegáis en un mercante repleto de carbón. Zarpastéis de Halifax hace una semana y os encontráis en medio del Atlántico norte en pleno mes de enero de 1941. Durante siete días apenas habéis dormido pues las guardias en cubierta, siendo azotados por el viento y el frio, son constantes. Las olas sobrepasan los 5 metros, el sol no ha salido en tres semanas; la temperatura es de tres grados negativos y vuestro cuerpo aterido y medio congelado intenta mantenerse en pie mientras seguís las señales luminosas del mercante que tenéis tres millas a proa. De repente sucede lo que todos temían: se escucha una horrible explosión y al poco el casco del barco se parte en dos. No hay tiempo de bajar las lanchas, os lanzáis al agua helada y rezáis porque la corbeta de escolta pueda recogeros antes de cinco minutos, los cinco minutos que puede aguantar un ser humano en el agua a dos grados centígrados.

Mientras, en una atestada lata de sardinas de la Kriegsmarine, el comandante del U-Boot celebra añadir 3000 toneladas más hundidas.

Un U-boote de la 9ª flotilla partiendo de Brest

Esto que he contado sucedió centenares de veces durante la Batalla del Atlántico de 1939 a 1945.

La bibliografía y la cinematografía versada sobre la Segunda Guerra Mundial nos ha inundado con historias sobre la batalla de Stalingrado, Kursk, Inglaterra, Ardenas, El Alamein, Midway, Guadalcanal etc.., sin embargo una de las batallas más importantes de la Historia no se libró en tierra ni en los cielos, se libró en las gélidas aguas del Atlántico durante seis años y de haber sido perdida por los aliados la guerra se hubiera puesto muy cuesta arriba para éstos.

En septiembre de 1939, mientras los Stukas nazis bombardeaban Polonia el Alto Mando alemán decidía bloquear todas las rutas marítimas hacia Inglaterra, del mismo modo que los ingleses habían hecho con Alemania en la Primera Guerra Mundial. Esta vez la Armada Británica no era la de 20 años atrás, sus acorazados y cruceros estaban obsoletos mientras que algunas de las joyas de la corona, como el crucero pesado "HMS Hood" había sido hundido por el "Bismarck" en 1940.

La guerra submarina comenzó el tres de septiembre de 1939, cuando el U-30 hundió por error al transatlántico canadiense "Athenia", lo que conmocionó a la opinión pública. En ese momento la guerra submarina tenía que ser limpia y sólo podían atacarse a buques enemigos que estuvieran armados. Poco después en octubre de ese año el capitán Gunter Prien consiguió infiltrarse con su U-47 en la mismísima base naval británica de Scapa Flow, hundiéndo al acorazado "Royal Oak", veterano de la Gran Guerra, con casi toda la tripulación en su interior. El arma submarina se estaba mostrando letal para Inglaterra.

Los mercantes que pretendían llegar a Inglaterra con material bélico eran hundidos uno tras otro de manera que el Almirantazgo optó por crear enormes convoyes en los que los buques se protegían gracias a su gran número y a un destructor o una corbeta de escolta, sin embargo esto no sirvió para evitar que las "manadas de lobos" del almirante Dönitz destruyesen muchos convoys. De hecho en 1940, Inglaterra estaba casi asfixiada pues el cordón umbilical que le unía con los países aliados y de la Commonwealth estaba siendo cercenado por los U-Boot de capitanes como Erich Topp ( U-552 ), Engelbert Endrass ( U-46), Fritz Lemp ( U-30), Reinhard Hardegen ( U-123) o Otto Kretschner ( U-99 ) - este último conocido como "el rey del tonelaje" al haber hundido cerca de 300000 toneladas de barcos.

Ni siquiera la entrada de los USA en la guerra consiguió hacer remitir la terrible situación que vivían los convoyes. Jamás había sido tan peligroso realizar la ruta del Atlántico en un carbonero. Lo peor es que el "fair play" en la guerra submarina había desaparecido, incluso se hundían buques de países neutrales y a los supervivientes no les quedaba más remedio que esperar la muerte por hipotermia - on en ocasiones por ráfagas de ametralladora -. Pero en 1942 y gracias a los inventos de los aliados y a la capacidad de los nuevos aviones a cubrir grandes áreas del Atlántico, la situación cambió. Pese a las súplicas de Dönitz a Hitler para que le proporcionase nuevos submarinos, éstos no llegaban al centenar en alta mar y cada vez se hundían más. Ni siquiera el regreso a casa era seguro pues la travesía por el golfo de Bizkaia era infernal para los U-Boot debido a los aviones torpederos que ya tenían la suficiente autonomía para interceptarlos en ese área infernal, muchos se hundían antes de llegar a la base de Wilhemshaven. El Grossadmiral Karl Dönitz.

En 1943 la guerra submarina estaba prácticamente perdida, los aviones de la RAF o de la USNAVY eran capaces de localizar y destruir a cualquier submarino en el Atlántico, mientras que los destructores contaban con modernísimas técnicas de intercepción. Poco a poco el cazador se fue convirtiendo en cazado y al acabar la guerra más de 30000 marinos de submarinos alemanes habían muerto, es decir de 859 U-Bootes de primera línea, se hundieron 648. Muy pocos capitanes y tripulaciones sobrevivieron. Reposan junto a los tripulantes de los cargueros ingleses, canadienses y estadounidenses en el fondo del Atlántico.

Un "lobo gris"

De haberse perdido esta batalla, de haberse cortado la linea de abastecimiento hacia Inglaterra, las posibilidades de una invasión nazi a la isla hubieran sido muy elevadas y con un elevado porcentaje de éxito; gracias a la testarudez del Führer a la hora de negarle submarinos a Dönitz y a investigar contramedidas para las nuevas armas antisubmarinas aliadas el Reino Unido pudo recuperarse para contraatacar en los desiertos del norte de África, y de ahí a Italia. La ceguera estratégica de Hitler fue una bendición para los aliados.




lunes, 12 de mayo de 2008

El asedio de París. Años 885-886 AD.

En la segunda mitad del siglo IX un “gran ejército” danés ponía en jaque a Inglaterra y Francia, dos países ricos con posibilidades para el enriquecimiento monetario y político. Esta fuerza era una clara excepción en las expediciones vikingas. Liderada por varios reyes y “jarls”, no llegó de golpe, sino a intervalos empezando en Anglia del este en el año 865 . Este ejército tuvo éxito en Northumbria y en Anglia Oriental, pero no en Wessex, reforzándose en la primavera del 871 y posteriormente en 878. Un año después el ejército danés cruzó el Canal de la Mancha dirigiéndose a Francia ( siendo narrada su gesta en la Crónica Anglosajona ). No se trataba de una única fuerza conexionada al haberse dividido en dos partes en 874 en Inglaterra y en 884 en Francia.

Guerrero vikingo.


Francia no se enfrentaba por vez primera a los soldados del norte, ya en 841 la ciudad de Rouan había sufrido un saqueo y en 843 habían saqueado Nantes, Burdeos y Saintes. Cuando los daneses pusieron sitio a la capital francesa, ésta se limitaba a la Île de la Cité, unida a tierra firme por los puentes de Pont-au-Change y el Petit-Pont. Los invasores tenían el Sena bloqueado y trataron de negociar el paso para dirigirse a Borgoña, obteniendo la negativa del monarca francés Carlos III. Ante la decisión del rey, los vikingos pusieron sitio a la ciudad durante dieciocho meses








Pont au Change en la actualidad.


El obispo Gozlin y el duque Eudes, hijo de Roberto el Fuerte, se encargaron de la defensa. Los vikingos lanzaron una primera ofensiva contra el Pont-au-Change pero fueron rechazados y decidieron establecer allí un campamento fortificado, cerca de la iglesia de Saint Germain-l´Auxerrois, en donde construyeron una torre de tres pisos sobre ruedas.

Enfrentados a los impenetrables muros de París, los vikingos emplearon taladros para retirar las piedras de las murallas y arietes para derribarlas. Las torres de asedio construidas no consiguieron llegar hasta los muros de la ciudad, pero consiguieron utilizar barcos en llamas contra las defensas en el Sena. Los franceses se defendieron arrojando líquidos hirviendo, flechas y proyectiles de ballistae así como empleando vigas en forma de tridente para detener el avance de los arietes. Las reparaciones de emergencia se realizaban por la noche.
















Miniatura de un guerrero carolingio.


La noche del seis de febrero del 886 una crecida del Sena se llevó parte del Petit-Pont, dejando la torre defensiva del puente aislada; los doce hombres de la guarnición resistieron el asalto vikingo durante todo un día , pero finalmente fueron superados. Mientras tanto la noticia del asedio de París se había extendido por todo el país y los invasores encontraron cada vez más núcleos de resistencia allá donde iban, sin embargo, la situación en la ciudad empeoraba por momentos: los víveres escaseaban al tiempo que las enfermedades causaban estragos. El conde Eudes consiguió abandonar la ciudad para pedir ayuda a Carlos III y al cabo de unos días llegaron los refuerzos de la mano del duque Heinrich, pero éstos fueron dispersados; finalmente , al cabo de unos meses las tropas de Carlos III “el Gordo” aparecieron en los altos de Montmartre y el monarca mandó emisarios para negociar con los jefes daneses. El asedio se levantó a cambio de una gran suma de dinero y el permiso del monarca a los sitiadores para que se dirigieran a Borgoña.

La situación finalmente se había resuelto, aunque a un alto precio para la parte francesa ya que las razzias en la Borgoña fueron terribles.

Soldados carolingios.

Azincourt 1415.




Tras negarse el rey de Francia Carlos VI a ceder Normandía a Inglaterra, el rey Enrique V embarcó el 11 de agosto de 1415 hacia tierras galas, desembarcando en tierras normandas el día 13 de ese mes con una fuerza de unos 12000 hombres. El 22 de septiembre, después de un asedio de un mes, se apoderó de la ciudad de Harfleur, que necesitaba, al igual que Calais, como cabeza de puente para sus proyectos de conquista.

Diezmado su ejército por la disentería, el rey inglés decidió retirarse a sus cuarteles de invierno en Calais subiendo por la Picardía y Artois. Durante el sitio de Harfleur el rey francés había reunido ya un ejército en Rouan, aunque los borgoñones de Juan sin Miedo, declarados indeseables en el ejército real por los armañacs, no formaban parte de esta fuerza.

El 8 de octubre el monarca inglés se puso en marcha tras haber dejado una importante guarnición en Harfleur, el día 19 cruzaba el río Somme cerca de Béthencourt y el 24 de octubre se encontraba en las proximidades de Agincourt, no obstante su avance fue detenido por tropas francesas mandadas por el mariscal Bouciaut. Esta fuerza consiguió bloquear el acceso a Calais al ejército inglés. En esos momentos Enrique V tenía serios motivos para estar inquieto: su ejército estaba enfermo, era muy inferior en número, el tiempo era espantoso y el terreno un auténtico lodazal; por otra parte las fuerzas francesas de Boucicaut, a quien se le había unido el condestable d´Albret, le rodeaban con unos 20000 soldados cuando el rey inglés no contaba con más de 7000. Era obvio que todo parecía apuntar a una victoria francesa.

La mañana del 25 de octubre ambos ejércitos se desplegaron en una estrecha llanura situada entre el bosque de Tramecourt al este y el de Agincourt al oeste. En aquel momento se produjo un error táctico por parte de los franceses que a la postre resultaría fatal. La superioridad numérica francesa requería un amplio espacio para desplegarse y éstos habían llegado antes por lo que tenían la ventaja de poder escoger el terreno para enfrentarse a los ingleses; aún cuando dispusieron de la posibilidad de rodear al enemigo optaron por una colocación en profundidad que sólo permitía un enfrentamiento frontal, algo que favorecía a los excelentes arqueros ingleses.

Arquero inglés

El segundo error francés fue situar a sus arqueros y ballesteros en retaguardia y organizar las fuerzas en la formación clásica de una vanguardia seguida del cuerpo principal o “batalla”. En vanguardia se situaron la mayoría de los grandes caballeros del ejército francés: el condestable d´Albret, los duques de Orleáns y de Borbón, el mariscal Boucicaut, el señor de Dampierre, Almirante de Francia, etc.. Los duques de Bar y de Alençon y el conde de Nevers mandaban la batalla y la retaguardia se confió a los condes de Aumale y de Dammartin. Todos los hombres de armas de la vanguardia y de la batalla iban a pie; dos grupos de hombres de armas montados se situaron en los flancos de la formación para atacar a los ingleses por sus alas.

Ante ellos, el rey inglés dividió su ejército en tres grupos en una sola línea. A la derecha estaba el duque de York, en el centro el propio Enrique V y a la izquierda el señor de Camoys. En los extremos e intervalos de esta línea se distribuyeron los arqueros, que plantaron en el suelo, inclinadas delante de ellos, unas estacas puntiagudas para romper las cargas enemigas.

Hay quien dice que el condestable de Francia le ofreció al monarca inglés vía libre hasta Calais si se olvidaba de Normandía, no obstante la respuesta fue negativa. Enrique V se mantuvo a la expectativa esperando el ataque galo, pero los franceses se habían percatado de que el terreno que les separaba de sus enemigos era difícil y no lanzaron a la caballería. Para provocar al enemigo, el rey inglés hizo avanzar a sus arqueros hasta que sus flechas estuvieran al alcance de las tropas francesas.

A las once de la mañana las primeras líneas de caballeros franceses bajaron sus lanzas para cargar. El ataque resultó un desastre, ya que las monturas quedaron inmovilizadas por el barro y el lodo mientras los arqueros ingleses lanzaban una lluvia de flechas que no atravesaban las armaduras francesas. Los caballeros hubieron de desmontar y luchar a pie en medio de un terrible caos haciendo retroceder unos metros a la línea inglesa.

La caballería francesa es masacrada por las flechas de los "longbows"

En ese momento Enrique V ordenó enviar al combate cuerpo a cuerpo a sus arqueros , ballesteros y el resto de infantería que consiguió hacer retroceder a los franceses y causar grandes bajas en la segunda línea gala. En estos momentos la única línea francesa que estaba al cien por cien de efectivos era la tercera; compuesta por hombres de armas montados y gran número de infantes.

Poco después una fuerza francesa consiguió acercarse al campamento inglés y lanzar un ataque. Gran número de las tropas inglesas del campamento se encontraban ocupadas vigilando a los prisioneros por lo que Enrique V decidió ejecutarlos a todos para librar a sus soldados de esa tarea. La tercera línea francesa comenzó a recular ante el embite inglés y en poco tiempo fue aniquilada.

La infantería inglesa había vuelto a vencer a la poderosa caballería francesa tras Crécy en 1346 y Poitiers en 1356. Las bajas francesas resultaron altísimas; la flor y la nata de la nobleza de Francia había perecido en Azincourt.

Tres días después el ejército inglés embarcaba en Calais. Francia había perdido cinco duques, doce condes, 600 barones y multitud de caballeros, cortesanos y dirigentes. La estructura política, económica y militar de Francia había sido descabezada, y esta circunstancia produjo una confusión que permitiría a los ingleses ganar tiempo y ejercer una hegemonía sobre el territorio continental francés, que llevaría décadas neutralizar.

En la actualidad la zona de la batalla está bien conservada y hay un museo. También se realizan allí recreaciones históricas.
Escena del film "Enrique V" en la que se aprecian las estacas de los arqueros ingleses.















El campo de batalla en la actualidad.



domingo, 11 de mayo de 2008

El Bombardeo de Granollers.

Hasta el 31 de mayo de 1938, la ciudad de Granollers no había sido nunca bombardeada. Pero inesperadamente, a las 09:05 h de ese día, cinco aviones italianos Savoia SM.79 dejaron caer su carga mortífera sobre el centro de la ciudad. El objetivo del bombardeo era, en teoria la central eléctrica. Además en los alrededores había algunos aeródromos ( La Garriga, Llerona y l´Ametlla ); en Granollers también había algunos posibles objetivos militares como las dos estaciones de ferrocarril, una escuela de fuerzas blindadas y una pequeña industria de guerra con unos 45 obreros..

Pero estos cinco aviones dejaron caer sus bombas en pleno centro de la ciudad, cuando se estaba celebrando el mercado. El bombardeo cesó a las 09:06 h, sólo un minuto, el suficiente para sembrar el terror.

Se lanzaron 40 bombas de 100 kg, 10 de 20 kg y 10 de 15 kg, destruyendo más de 80 edificios. La “Porxada” fue destruida; las bombas impactaron en el carrer Gran, en Josep Anselm Clavé, en la plaça de Maluquer i Salvador, al carrer Espí i Grau en la Fonda Europa y edificios anejos, en la calle de Marià Sans, en la de l'Enginyer, en la calle de Barcelona, en el carrer Nou, en la placeta de Sant Roc, en la calle Santa Elisabet, en el carrer de Sastre, a la plaça de les Olles, al Portalet, carrer de Conestable de Portugal; al carrer del Lliri, al carrer de Pinós; al carrer de Josep Umbert; al carrer Cabdill Pere Joan Sala o carrer del Sol; als carrers Corró o Layret, Travesseres, Catalunya, Girona; a l'Hospital de Granollers, a lo largo de l'avinguda Joan Prim y en el Camí Vell de Canovelles.

El número de muertos fue muy elevado; la enorme cantidad de heridos hizo que muchos fueran trasladados a los hospitales de otras ciudades como La Garriga, Vic, Centelles o Barcelona. El número total de muertos fue de 224; de ellos 41 eran niños, 87 mujeres y el resto hombres. Quedaron 30 cadáveres totalmente destrozados, de los cuales no se pudo ni identificar ni sexo ni edad

En la actualidad basta con un mapa del centro de la ciudad para poder pasearse por los enclaves arrasados que, afortunadamente, han sido reconstruidos.















Vistas de la Porxada inmediatamente después del bombardeo y en la actualidad.

CEBE. Centre d´Estudis de la Batalla de l´Ebre

Cabe destacar aquí la creación del CEBE, un auténtico paraíso para los interesados en la Guerra Civil y, especialmente, en la Batalla del Ebro.

Muchas líneas tendría que escribir al respecto de esta interesantísima iniciativa, podéis consultar los horarios y emplear un día en ir si residís en Catalunya o el norte de Valencia , o pasar un par o tres de días en la zona de Gandesa y alrededores, visitando todas las rutas de la batalla del Ebro que allí se ofrecen.

Fort Sumter


Uno de los lugares más emblemáticos en la historia de los Estados Unidos, es sin lugar a dudas Fort Sumter. En la madrugada del 12 de abril de 1861 los cañones confederados al mando del comandante Toutant de Beauregard abrieron fuego desde el Fuerte Johnson, siendo el primer soldado de la contienda en abrir fuego un tal George S. James.



Todas las baterías situadas en la bahía de Charleston dispararon contra el fuerte federal durante casi 48 horas. Pese a las enconadas recomendaciones de los rebeldes al comandante unionista Anderson para que rindiera el fuerte, se mantuvo firme en la defensa de éste. Tras dos días de intensos bombardeos que tuvieron como consecuencia directa el incendio de la fortaleza, la guarnición decide rendirse con condiciones, condiciones aceptadas por el senador sudista Wigfall y el comandante Beauregard. Entre estas condiciones estaba la de rendir el saludo a la bandera de la Unión, momento en el que tuvo lugar la primera baja mortal de la guerra al estallar un cañón que realizaba salvas de homenaje, matando a un artillero e hiriendo a otros tres. Se había vertido la primera sangre de un conflicto que desangraría norteamérica durante cuatro años.



En la actualidad el lugar ha sido declarado Monumento Nacional y depende del US National Park Service. El fuerte se conserva perfectamente y en su interior alberga un museo así como la bandera federal que ondeaba en 1861. Se puede acceder a él mediante los diversos ferries que parten desde Charleston.