El Ejército del Ebro una noche el río pasó...
A las 0.15 horas del 25 de julio de 1938 las más aguerridas unidades del Ejército del Ebro, que manda Juan Modesto, atraviesan el río por cuatro puntos, en grandes barcazas, en una operación de gran envergadura, preparada minuciosamente durante 50 días y que, llevada con gran sigilo, al amparo de la oscuridad coge desprevenidos a los nacionales en un frente de 75 kilómetros. Por tercera y última vez ( después de Brunete y Belchite)
el general Rojo sorprende a Franco con una iniciativa que desembocará en la batalla más sangrienta de la guerra. La sorpresa fue mayúscula entre los mandos fascistas, que creían que el Ejército Popular estaba agonizante.
Todo el peso de la operación recayó sobre el Ejército del Ebro, como ya he dicho al mando del teniente coronel Juan Modesto, con Luis Delage ( PCE ) como comisario general, que pone en línea los cuerpos de ejército 5 (Líster)
15 ( Tagüeña ) y 12 ( Vega ), un verdadero ejército comunista, no solo por la filiación de sus jefes y comisarios políticos, sino también por su origen, descendiente del Quinto Regimiento, como anotó Azaña : “Casi todo el Ejército del Ebro es comunista. Hay una especie de disciplina interior en cada unidad.”
El paso del río se produce por dos sectores principales, en catorce puntos de los dieciséis previstos, en el frente de 75 Km desde Fayón a Xerta : los hombres de Líster ( divisiones 11, 45 y 46 ) lo hacen entre Mora d´Ebre y Miravet, los de Tagüeña ( divisiones 3, 35 y 42 ) entre Flix y Ascó. La operación se completa con dos maniobras de distracción, una al norte, en Mequinenza y otra al sur, en Amposta. La orden de operaciones del general Rojo decía “ El paso del río deberá hacerse de noche y por sorpresa, por fuerzas ligeras, que utilizarán medios discontinuos. Debe hacerse muy rápidamente, mediante el número de playas de embarque necesarias para transportar con el mínimo tiempo la mayor parte de las fuerzas consideradas suficientes para alcanzar el objetivo previsto. Como objetivo inmediato se llegará a los emplazamientos de artillería enemiga, a fin de apoderarse de ella e impedir su acción”.
... y a las tropas invasoras buena paliza les dio
La operación tuvo un éxito fulminante, excepto en el sector de Amposta, donde los atacantes de la 46 División son rechazados y obligados a repasar el río después de 18 horas de violentos combates. En los dos primeros días , con la ayuda de barcazas y puentes pasaron seis divisiones republicanas, con un total de 70000 hombres, que desbordan las defensas fascistas pertenecientes al ejército marroquí de Yagüe. La división nacional 50 cubre el frente desde Gandesa a Xerta, y la 105 de Xerta hasta el mar.
La ofensiva se concentra en la gran curva que describe el río desde Mequinenza a Xerta, y en los dos primeros días los republicanos ocupan Ascó, Flix, Miravet, Pinell, la Fatarella, Corbera y Pobla de Massaluca, pero no consiguen llegar a Gandesa, en el centro del ataque, ni alcanzar la línea del Matarranya, al norte, en el sector de Fayón.
La división 50 que soporta todo el peso del ataque queda prácticamente deshecha, los republicanos escarmentados por lo ocurrido en Brunete y Belchite reciben órdenes de avanzar hacia sus objetivos sin preocuparse de los flancos o de los focos de resistencia desbordados por el ataque inicial. Al fin la brecha abierta en el frente fascista tiene unos 50 Km de ancho.
El tercer día de la ofensiva pese al bombardeo de los puentes y pasarelas, los atacantes hacen cruzar el río a sus blindados y limpian de fugitivos la gran cabeza de puente formada entre Fayón y Xerta, alcanzan , por el norte, los montes de la Fatarella, y por el sur las sierras de Pàndols y Cavalls ; y profundizan en las direcciones Fatarella-Villalba-Batea y Corbera-Gandesa-Bot, a pesar de que la resistencia se endurece. Los hombres de Modesto ocupan también el macizo de Sant Marc y los montes de la Fatarella y el pico Gaeta, hasta el Matarranya.
Sorprendido, el alto mando nacionalista, ordena resistir a toda costa y envía inmediatamente al frente la división 13 ( Barrón ), que se encontraba en el Segre y en menos de 24 horas se presenta en Gandesa, donde entabla un feroz combate con la 11ª División de Líster. Otras tres divisiones nacionales se retiran a toda prisa del frente de Levante para situarse en Prat del Comte, con órdenes de detener a toda costa la penetración republicana.
Además Franco ordena abrir los embalses pirenaicos para provocar una crecida artificial que arrastre los puentes tendidos por los republicanos mientras la aviación facha, que es abrumadora, machaca y destroza los puentes durante el día, que son reconstruidos rápidamente por la noche, en una curiosa competición entre aviadores y pontoneros.
Los combates más intensos se desarrollan en las proximidades de Fayón, Gandesa, Villalba dels arcs y Pobla de Massaluca , que permanecen en manos fascistas. En Fayón los nacionales impiden que se suelden los dos sectores del ataque , por lo que queda una pequeña bolsa en Mequinenza . En Gandesa, los dod bandos sufren una sangría al disputar la posesión del pico del Àliga ( cota 481). Villalba dels Arcs, defendida por un tercio carlista, resiste también los desesperados asaltos de la 3ª División de Tagüeña. Las vanguardias republicanas llegan hasta la ermita de Sant Josep del Bot, con el propósito de interceptar las carreteras de Bot a Gandesa y de Tarragona a Alcolea del Pinar, pero quedan detenidas.
El frente sur del río permanece estabilizado entre Fayón y Benifallet, los 35 Km del gran arco fluvial. Los nacionales acumulan sus reservas en torno a Gandesa y Villalba , y la ofensiva hace crisis a principios de agosto. El día 1 de agosto de 1938 llega a la tropa las órdenes de cavar trincheras y fortificar y de no retroceder un solo palmo de terreno. Empieza la terrible batalla de desgaste.
La batalla de desgaste
Una vez estabilizado el frente , Franco se encontró ante el dilema de de abandonar el terreno y montar una gran maniobra envolvente , amenazando a Barcelona, Valencia o Madrid, o iniciar una nueva batalla frontal para recuperar las posiciones abandonadas. Franco pasó uno de los peores momentos de la guerra, no solo por la situación en el Ebro sino también por la situación internacional con la anexión austriaca, hasta que se celebró el pacto de Munich no pudo dormir tranquilo. Pero Franco con su manía de no perder un solo palmo de terreno que ya le pertenecía decidió recuperar todo el frente perdido.
A principios de agosto comienza la batalla en la que los republicanos deben de mantener el territorio conquistado, la batalla, como diría Rojo “Defensiva”. La táctica de Franco es machacar con la artillería, diciendo “la artillería conquista el terreno, la infantería lo ocupa”.
El primer contraataque rebelde comienza el 6 de agosto, en la bolsa entre Mequinenza y Fayón . En menos de 24 horas , la división 84 desaloja a los republicanos de la 42 división y les obliga a repasar el río. El día 7 los nacionalistas recuperan en la orilla derecha del Ebro las posiciones que habían perdido al iniciarse la ofensiva republicana. Pero este éxito es engañoso, los republicanos tienen las órdenes de no retroceder un palmo, en un terreno muy apto para la defensiva.
Pàndols
El 10 de agosto los rebeldes inician su segunda ofensiva desde Prat del Comte, con el propósito de instalarse en la sierra de Pàndols, desde donde se domina Gandesa, zona defendida por Líster y su 11ª división. La artillería y los aviones , con vuelos en picado, se ensañan con los hombres de Líster, que no pueden cavar trincheras porque el suelo es de roca, cosa que hace que la dispersión de la metralla aumente considerablemente al impactar las bombas con las rocas, en un supremo esfuerzo los batallones navarros ocupan la cota 705, la más elevada de la serranía, pero un feroz ataque de los brigadistas internacionales de la 35 división les hace retroceder. La serra de Pàndols ha pasado a la historia como el teatro del más grande combate de la guerra, los barrancos de Pàndols acabaron repletos de cadáveres, la división navarra perdió el 70 por ciento de sus efectivos y los defensores republicanos tuvieron más de 5000 bajas.
Estabilizada la situación en las terribles barrancas de Pàndols, Franco ordena una nueva ruptura en el sector central del frente, con el objetivo de ocupar los montes de la Fatarella, para poder descender y envolver a las tropas enemigas concentradas ante las defensas de Gandesa. El 20 de agosto se lucha sin piedad en el camino de Villalba a la Fatarella, mientras la artillería y los bombardeos arrasan el bosque y los matorrales. El calor tórrido, la sed y la forunculosis causan estragos en los dos bandos, empeñados en un forcejeo sangriento en el triángulo entre Villalba, Corbera y el Pico Gaeta. Con el apoyo aéreo los fachas atacan de día, pero de noche contraatacan los republicanos, a final de mes cesan los combates, extenuados los dos contendientes.
El 2 de septiembre Franco instala su puesto de mando el Pico del Moro, para dirigir personalmente las operaciones, y al día siguiente comienza la cuarta ofensiva nacionalista con un asalto en el sector de els Gironesos, entre Gandesa y Corbera. Rompen el frente al norte de Corbera, ocupada el día 4. La táctica siempre es la misma : gran concentración de medios y ataque al asalto en frentes estrechos que se convierten en mataderos. Los combates fueron extremadamente encarnizados, como lo prueba el que la cota 343 que domina la salida de Corbera fue perdida y reconquistada cuatro veces por el Ejército Popular en un solo día.
Tras una breve pausa , los fachas reanudan la ofensiva el 8 de septiembre, pero son detenidos por tropas de refresco republicanas (divisiones 42 y 44) que bajan desde el Segre, y que siguen dominando la carretera Fatarella - Camposines.
Un temporal de lluvias detiene las operaciones durante los últimos días de setiembre, y hasta el 3 de octubre los legionarios de la 13 división no consiguen dominar el cruce de Camposines. Los combates prosiguen en la carretera que lleva a la Fatarella que será finalmente ocupada el 10 de octubre. De nuevo las lluvias y el agotamiento de los dos bandos encalman el frente durante la segunda quincena de octubre.
Finalmente el mando fascista organiza la operación que será decisiva : el asalto a la serra de Cavalls, para dominar desde las alturas toda la bolsa ocupada por los republicanos al cruzar el río. El ataque empieza el 30 de octubre, ocupando en un ataque relámpago las crestas de Cavalls.
Empieza así la segunda y definitiva fase de la batalla defensiva, en el que el Ejército Popular , en progresiva inferioridad y sometido a presión constante había sufrido un desgaste del que no se recuperaría.
Negrín y Rojo, si bien no alcanzaron el éxito estratégico de cortar las comunicaciones del ejército rebelde, consiguieron ganar cuatro meses, de gran importancia política y diplomática, pero con el desgaste del ejército popular, agotado y desmoralizado, se perdieron en la retaguardia las esperanzas de un fin negociado a la guerra. Después de un par de semanas más de intentos de resistencia en torno a Flix, las últimas unidades del Ejército del Ebro repasan el río, el 17 de noviembre de 1938. Termina la batalla más sangrienta de la guerra después de 116 días de combates.
No hay ningún cálculo completamente fiable sobre las bajas , pero muy probablemente fueron 90000 entre los dos bandos.
Esta fue la última gran batalla de la guerra y el principio del fin para la democracia española.
EL fin de la España comunista......Rojos de mierda!!!!!
ResponderEliminara quien insultas cabrón, que los mierdas son los fascistas que se revelaron contra el govierno legítimo elegido por el pueblo !!fill de puta!!!
ResponderEliminarVisca la república!
Las 2 españas de siempre....pobre pais.
ResponderEliminarFachas dice... jajaja, pues anda que los "demócratas" bolchevizados hasta las trancas. Mucha banderita republicana y mucho chau chau, pero como corrían monte arriba con la 4ªde Navarra mordiendoles los tobillos... ajajaja... como corrían. Eso sí, en Paracuellos del Jarama, unos monstruos !!! machotes ellos !!!
ResponderEliminarque asco de rojos de mierda.......perdedores!! hace falta una tercera republica para que les entre en la puta cabeza de cazurros de que es imposible??? arriba Franco y arriba ESpaña!!!
ResponderEliminarQue lástima veo por aquí a algún analfaburro...en fin dejar a los historiadores hacer su labor de investigación, entre los cuales me incluyo, y no descalifiqueis y os dejeis llevar por el analfabetismo funcional! Solo un apunte, no menosprecieis a ninguno de los dos bandos en cuanto a su capacidad combativa, ya que ambos llegaron a tener material bélico de última generación, así como unidades de tropas de élite, etc. Por favor hablar con criterio
ResponderEliminarPero que sinverguenzas sois los rojos ,como intentais caambiar algo que no se puede cambiar ,la HISTORIA madre de LA VERDAD. Las tropas nacionales les dieron una paliza de tomo y lomo a los desgarramantas del Ejercito popular de la que nunca se recuperaron .Por mucho que lo intenteis la HIstoria es la Historia y la batalla del ebro la gano el Ejercito Nacional o sea los buenos españoles y al que no le guste pues que se joda .Desde Huesca con amor.
ResponderEliminar