Esta batalla acaecida en Teselia en el año 197 aC y en el marco de la Segunda Guerra Macedónica confirmó la supremacía de la legión romana frente a una ya obsoleta falange macedónica.
En los alrededores de la ciudad de Feras, ambos ejércitos se buscaban
sin éxito. Los romanos habían iniciado su campaña reforzados por 6.000
infantes y 300 jinetes romanos y latinos, también habían llegado 200
jinetes numidas y 10 elefantes norteafricanos. Flaminio había traído
consigo 3.000 veteranos de la guerra en África, hombres que con una
experiencia inestimable suplirían con creces las bajas de las anteriores
campañas. En total serian alrededor de 20.000 hombres a los que debemos
sumar 6.000 de infantería etolia y 400 jinetes también etolios (según
Tito Livio).
Filipo que hasta el momento había manejado tropa liviana (macedonios,
aliados griegos, o mercenarios) debido al tipo de operaciones llevadas a
cabo hasta el momento (mas del tipo de una “guerra de posiciones”)
había llevado las de perder contra unos romanos mas aptos o mejor
armados para este tipo de lucha. Nunca sus macedonios habían podido
adoptar sus formaciones de falanges y habían tenido que padecer a unos
durísimos romanos superiores en la lucha a corta distancia tanto en la
tropa pesada como en la liviana.
Ahora el rey macedonio maniobraba sus aproximadamente 22.000 hombres
para obligar al romano a entablar batalla en situación favorable para
las Falanges Macedonicas. Lo complicado de la situación no había
permitido a Filipo reclutar la suficiente cantidad de tropa liviana, de
proyectil y de caballería, contando con la mitad de lo aconsejable. Aun
así se sentía confiado.
Mientras la caballería "etolia" le da una nueva victoria a los romanos
sobre las avanzadillas macedonias, Filipo decide moverse a Scotusa, para
“para proveerse allí de alimentos”,
según Polibio. El irregular territorio hizo que ambos ejércitos se
perdieran de vista, buscándose durante dos días. Las fuentes abundan en
detalles, y coinciden en que el tercer día amaneció brumoso, lo que
aumento el desconcierto de ambos ejércitos.
“Al siguiente, al amanecer después de una noche húmeda y lluviosa,
degenerando las nubes en niebla, ocupó toda la llanura una oscuridad
profunda, y descendiendo de las alturas un aire espeso por entre los
ejércitos, desde el punto de rayar el día ocultaba las posiciones.”
Plutarco "vidas paralelas - Tomo III. Tito Quincio Flaminio VIII.
Ambos contendientes deciden acampar, quiso la suerte que ambos lo
hicieran cada uno a los lados de la colina de Cinoscefalos, a pocos
kilómetros unos de los otros. Según Polibio, Filipo envió a ocupar la
cumbre de la colina que lo separaba sin saberlo del romano, y Flaminio
destaco
“diez escuadras de caballería y mil hombres de infantería ligera, con orden de explorar y recorrer con cuidado la campiña”.
Ambas fuerzas se encontraron mientras exploraban (Polibio dice que los
romanos fueron emboscados) y trabaron lucha, enseguida de ambas partes
partieron emisarios hacia sus generales. Los romanos al parecer salían
mal parados de la situación y eran castigados con dureza. Entonces
“Flaminio animó a marchar allá a Arquedamo y a Eupolemo, ambos etolios, y
les dio dos tribunos con quinientos caballos y dos mil infantes”
(Polibio) en apoyo de la fuerza exploradora lo que inclino la lucha para
el lado romano. Flaminio entonces saca sus tropas y los ubica en
formación de batalla con la intencion de sostener a los suyos.
Caballería teselia
Viendo el gran numero de tropa liviana que acumulaba el romano Filipo
vio la ocasión de sacar buen provecho de tal situación y asestar un duro
golpe a los romanos enviando al sitio fuerzas de apoyo.
“Pero entonces, informado de lo que sucedía por los que venían, y
empezando ya a aclarar la niebla, llamó a Heráclidas de Girtonia,
comandante de la caballería tesalia, a León, prefecto de la Macedonia, y
a Atenágoras, que tenía bajo sus órdenes todos los soldados
mercenarios, menos los traces, y los desatacó al socorro. Con este
refuerzo, aumentadas en gran manera las fuerzas de los macedonios, dan
sobre el enemigo y le vuelven a desalojar otra vez de las eminencias.”
Nuevamente son desalojados los romanos del sitio por lo que Filipo
decide salir entonces de su campamento y reuniendo tropa pesada se
dirigió al lugar para profundizar lo que parecía una fácil victoria,
tomando así el flanco derecho de su ejercito, mientras ordenaba a
Nicanor despliegue el resto de la tropa en la cima de la colina en el
flanco izquierdo.
La caballería etolia que lucho enconadamente impidió que los romanos
fueran arrastrados hasta el valle, puesto que estos “en ese momento era
lo mejor en Grecia, aunque en la infantería fueron inferiores a sus
vecinos” (Tito Livio). Entonces el cónsul se dirigió a sus hombres con
estas palabras:
"Compañeros, les dijo, ¿no son éstos aquellos macedonios que, bajo la
conducción de Sulpicio, forzasteis a cuerpo descubierto en las
gargantas de Eordea que tenían tomadas, desalojasteis de aquellos
elevados puestos y de los cuales matasteis un gran número? ¿No son éstos
aquellos mismos que, apostados en los desfiladeros del Epiro, lugar
impenetrable en la opinión de todos, arrojó vuestro valor, hizo
emprender la huida y tirar las armas, sin parar hasta meterse en la
Macedonia? ¿Temeréis ahora a estos mismos, cuando vais a pelear con
fuerzas iguales? ¡Qué! ¿Os hará más pusilámines... la memoria de lo
pasado o por el contrario os inspirará más confianza? Ea, pues,
compañeros, animaos los unos a los otros, y entrad en la acción con
denuedo. Vivo en la confianza que el éxito de esta jornada corresponderá
al de las anteriores, con la voluntad de los dioses."
Polibio de Megalópois. Historia Universal bajo la República romana tomo III, libro XVIII, capitulo I.
Dicho esto, ordenó al ala derecha que no se moviese del puesto, ni los
elefantes que se hallaban delante; y él con la izquierda se dirigió
arrogante al enemigo. En esta ala estaban los vélites que habían
escaramuceado antes, viéndose ahora apoyados de las legiones, volvieron a
atacar con fuerza al contrario rechazándolos nuevamente. Filipo, que
avanzaba victorioso, encaraba la pendiente de la colina cuando, al
contrario de lo que el mismo esperaba, se topa con sus unidades en
retirada, y para peor, advierte la presencia de todo el ejército romano
en perfecta formación de batalla, evidentemente las cosas no eran como
pensaba.
La Batalla. Chocan los ejércitos
No había mucho tiempo para planteos sofisticados, ambos ejércitos
estaban cara a cara. Mientras todavía sus tropas seguían saliendo del
campamento y con su flanco aun evolucionando en el terreno, Filipo
decide lanzarse sobre la izquierda romana que avanzaba. De alguna manera
quería aprovechar la sorpresa por saberse mejor situado (pues tenia la
pendiente del terreno a favor) además de contar con la acumulación de
tropa liviana que se había producido allí, pero sobre todo evitar que el
desconcierto de sus unidades que venían en derrota, se traslade al
resto del ejercito. Ubicándolos a la derecha de la falange (los de
acaballo y a pie), a esta le ordena doblar en profundidad, dejar en el
suelo a las sarissas y, asaltar de frente la formación romana que se
aproximaba mientras los auxiliares tomaban el flanco enemigo.
Flaminio retira a los velites del campo, emprende la subida de la colina
y se viene a las manos. Entonces ocurrió el choque, las palabras dejan
ahora su lugar a los hechos, el enfrentamiento que todo el mediterráneo
esperaba, se lleva a cabo finalmente, Falange y Legión se encuentran
cara a cara.
Pronto los hombres de Filipo le demostraron a su rey lo que valían,
“desde lugares elevados lo más fuerte de sus tropas, de manera que aun
los más esforzados de aquellos no podían sostener lo pesado de su
apiñamiento y la violencia de la acometida” (Plutarco), empujaron
terreno a bajo a unas legiones que poco podían hacer en tal situación
frente a enemigo de tal calidad (creo tener argumentos para suponer que
luego del choque inicial, los hombres de Filipo formaron falange
utilizando sus sarisas) y superados también por los flancos, comenzaron
entonces a ceder terreno, aunque no rompieron filas.
Filipo V de Macedonia
Pero en el otro flanco la situación para Filipo no podía ser peor. Allí,
algunas de sus tropas todavía buscaban posiciones y otras recién salían
del campamento todo esto sin apenas cobertura de caballería o tropa
liviana. En cambio el flanco derecho romano, todavía esperaba su momento
en perfecta formación de batalla. Inteligentemente, Flaminio se dirigió
allí y encabezo un furibundo ataque al ala izquierda macedonia a la
cual sorprendió en desorden y derroto sin dificultad. La victoria en ese
flanco fue total para los romanos, que se ensañaron con los macedonios
pasando a cuchillo unidad tras unidad. Como si fuera poco para los
pobres macedonios, ya incapaces de oponer resistencia por su
equipamiento pesado, los elefantes se lanzaban sobre ellos, sin siquiera
atreverse a enfrentarlos huyeron perseguidos por los romanos.
Cuentan las fuentes que un romano (Tribuno, según Polibio) “que no
tenía consigo más que veinte compañías (o manipulos)”, medito sobre lo
que era mejor en aquel momento y tomando a sus hombres arremetió por la
espalda al flanco derecho Macedonio que avanzaba victorioso:
“Como en la formación de la falange no se puede hacer frente por
detrás ni combatir de hombre a hombre, el tribuno carga sobre los
primeros que encuentra, y los macedonios, sin facultad para defenderse,
se ven precisadas a arrojar las armas y emprender la huida. A esto
contribuyó asimismo el haberse vuelto contra ellos por el frente
aquellos romanos que antes iban huyendo.”
Polibio de Megalópolis. Historia Universal bajo la República romana. Tomo III, libro XVIII, capitulo I.
En este punto medito sobre el verdadero alcance de la victoria
macedonica en ese sector del campo de batalla, esta muy claro
que empujaba barranca abajo a los romanos y que, de no ocurrir el
desastre de su flanco izquierdo, muy probablemente hubiera alcanzado la
victoria ese día. Sin embargo, hay que reconocer que pocas fuerzas de
aquel entonces estaban en condiciones de recuperarse cuando iban siendo
derrotados por la falange, lo mas común era que rompieran filas y se
retiraran del campo, pero las legiones romanas de aquel día, si bien
retrocedían, se mantuvieron firmes y pudieron aun presionar de frente a
las falanges una vez se llevo a cabo la maniobra del Tribuno. Los
macedonios no pudieron resistir este doble ataque, se detuvieron y
comenzaron a flaquear.
Filipo entonces fue avisado de lo que ocurría en el otro flanco, su
sorpresa fue evidente cuando al retirarse hasta una colina cercana para
poder ver lo que ocurría, advirtió como las enseñas enemigas copaban
todo el campo de batalla y que lo que el pensaba era una fácil victoria,
tornaba en derrota aplastante. Tomo entonces la tropa que pudo y se
retiro velozmente hacia Macedonia.
Flaminio persiguió cuanto pudo a los macedonios tomando cerca de 5.000
prisioneros, mientras que 8.000 macedonios encontraron la muerte ese
día. Entro los romanos se contaron alrededor de 700 bajas según las
fuentes.
La persecución se vio interrumpida por una disputa con los aliados
etolios, que saquearon el campo macedonio privando a los romanos de un
importante botín, situación que favoreció a Filipo para poder escapar.
Filipo rápidamente capitulo pactando una rendición incondicional, que
pudo evitar que Flaminio continuara la guerra. Sin embargo el verdadero
motivo del abandono de la ofensiva romana se debió en gran medida a la
repentina aparición en Jonia del ejército de Antioco III.
Macedonia así se salvo de su destrucción, aunque pensándolo bien, es
probable que a Flaminio le interesaba mantener un referente claro en la
siempre difícil Grecia, mas aun, si este ahora era aliado a Roma.
Esta alianza permitió a Filipo reconstruir a Macedonia, empobrecida
luego de años de guerra (no solo con Roma, sino también la llevada acabo
contra Egipto) dejando a su heredero, su hijo Perseo, un reino fuerte y
preparado para un capitulo mas en su guerra contra Roma.