jueves, 21 de mayo de 2009

Cabo de Palos, 6-III-1938. "Tanto alemán que tienen, tanto italiano y a un español le basta solo una mano"

Crucero "Baleares"




La noche del 5 al 6 de marzo de 1938, los tres cruceros nacionales, Canarias, Cervera y Baleares, escoltaban a dos mercantes, la operación parecía rutinaria (el almirante Moreno jefe habitual cedió el mando al almirante Vierna) y hubo exceso de confianza. El almirante republicano Ubieta había preparado un ataque de lanchas torpederas contra los cruceros en Palma de Mallorca con el apoyo lejano de la escuadra republicana. La operación de las lanchas se suspendió por el mal tiempo, pero Ubieta decidió mantenerse en el mar. Así las dos escuadras avanzaban en la oscuridad sin saber una de la otra hacia cabo de Palos.

A las 00.36 casi a la vez los cruceros Libertad y Méndez Núñez y cinco destructores avistaron a los tres cruceros nacionales a 2000 metros, solo uno de los destructores pudo disparar torpedos antes de perder contacto.


Artillería del "Canarias", gemelo del "Baleares"


Las dos escuadras hicieron varios cambios de rumbo de forma que a las 02.00 el Baleares descubrió de nuevo a la escuadra republicana y abrió fuego a unos 2000 metros, pero el almirante Vierna cometió el error de disparar proyectiles iluminantes alrededor del horizonte, e hizo señales luminosas, con lo que descubrió claramente a sus buques. Esta vez los republicanos tuvieron tiempo de responder, el Libertad alcanzó al Baleares y casi de forma simultánea también por dos torpedos (lanzados por el destructor Lepanto probablemente) que volaron el pañol de municiones de proa y el puente, el buque se detuvo, escorando rápidamente y con varios incendios a bordo. El Canarias, que le seguía, esquivó los restos, y guió al Cervera fuera de la acción. Por su parte los republicanos abandonaron también el combate.



El Canarias y el Cervera pusieron a salvo al convoy, y luego volvieron a recoger a los supervivientes. Para entonces y después de tres horas el navío se había hundido y los supervivientes habían sido salvados por destructores de la Royal Navy. El buque se llevó al fondo a 700 de sus tripulantes.


El fin del Baleares prefigura el de los cruceros americanos y australianos cuatro años después frente a Guadalcanal. Los cruceros pesados de mucha eslora y protección antisubmarina insuficiente, corrían un riesgo enorme frente a los destructores armados con torpedos en combate nocturno. El mando nacional, sin embargo, se vio obligado a emplear los cruceros en solitario ante las pobres características de los destructores comprados en Italia.



Crucero Libertad.

martes, 19 de mayo de 2009

Lepanto 1571, freno a la expansión turca en el Mediterráneo.



En 1453 los turcos se habían hecho con el poder en Constantinopla , hecho que los impelió a intentar tener la hegemonía en el Mediterráneo.

Para frenar la amenaza turca en el Mare Nostrum, se constituyó la Santa Liga en mayo de 1571, donde se aliaron el papado bajo el pontificado de Pío V, Felipe II rey de España, y la ciudad de Venecia. El temor se justificaba ya que los turcos en 1569, se habían apoderado de Túnez y en 1570, habían tomado Chipre, posesión de Venecia, rompiendo el sultán Selim II, el tratado de paz con Venecia que siempre había respetado su antecesor, Seliman, avanzando inexorablemente, hasta apoderarse de Nicosia el 9 de septiembre.

El acuerdo de la alianza cristiana, incluía el financiamiento de los gastos de la empresa bélica, por parte de los aliados, correspondiéndole la mitad de las erogaciones a España. Los venezianos afrontarían un tercio, y la sexta parte estaría a cargo del pontificado. El botín de guerra se repartiría en esa misma proporción. Se establecía, además, la imposibilidad de hacer la paz por separado. Las acciones se dirigirían contra Turquía, incluyéndose sus posesiones en el norte africano, que le corresponderían a España.


Al mando fue colocado Don Juan de Austria, hermano del rey español Felipe II a bordo de “la Real”, secundado por Álvaro Bazán,y Gian Andrea Doria. Se formó una flota de 315 naves y un gran ejército, de aproximadamente 30.000 hombres, formado en su mayoría por españoles, que partió por el Mediterráneo, el día 15 de septiembre. Sebastián Veniero dirigía la flota veneziana, formada por 140 naves. Marco Antonio Colonna conducía la fuerza pontificia.


Por delante del resto de la flota iba Juan de Cardona, y ocho millas más atrás las fuerzas se dividían en cuatro cuerpos. El de la derecha, formado por 54 galeras era conducido por Juan Andrea Doria. Al centro, al mando de Juan de Austria se ubicaban 64 galeras. Las 53 galeras de la izquierda eran conducidas por Agustino Barbarigo. Las 30 galeras restantes, al mando de Álvaro de Bazán, tenían función de reserva.

Los turcos adoptarían una formación similar en cuatro cuerpos, pero en forma de media luna, siendo comandados cada uno de ellos, por Mahomet Siroco, Uluch Alí, Cara Kodja, y Murat Dragut.

Enterado Juan de Austria de la presencia de los turcos en Lepanto, reunió un consejo de guerra, que desaprobó el enfrentamiento, por ser superiores las fuerzas enemigas. Sin embargo, Juan de Austria consideró que una dilación podía acarrear peores consecuencias. Allí se suscitó un conflicto entre los venezianos y Juan de Austria, por el asesinato de un hombre de Juan de Austria a manos de los venezianos, que lo acusaban de herir a uno de sus hombres. Sin embargo, tras debatir sobre la responsabilidad de Veniero, acusado del hecho, decidieron combatir, y olvidar el incidente.

LA BATALLA

En el Golfo de Lepanto, cercano a las costas griegas, se produjo el enfrentamiento entre los turcos, que respondían al Sultán Selim II, quien puso la flota al mando de Alí Baja, a bordo de “La Sultana” y los cristianos, el 7 de octubre de 1571.

El ala derecha turca arremetió contra la izquierda cristiana, resultando muerto Barbarigo, cuando una flecha, arma preferida de los turcos, se le incrustó en el ojo, pero su nave no pudo ser apresada, por el auxilio prestado por el resto de las galeras aliadas.

La embarcación de Alí Baja, golpeó de frente a la de Juan de Austria, quien ayudado por el resto de su escuadra, rodearon y capturaron a “La Sultana” de Alí, luego de un sangriento combate cuerpo a cuerpo, donde también pereció Alí, que fue degollado.

Uluch Alí, desde la izquierda, consiguió asestar un duro golpe a la flota cristiana, destruyendo varias embarcaciones, pero su éxito fue solo temporal, ya que debió huir ante la resistencia de los aliados.

DESENLACE

Ese mismo día, se produjo la victoria de los aliados, debiendo lamentar los vencidos la muerte de 30.000 hombres, de un total de 90.000, y la pérdida de 230 naves. Solo 50 naves turcas lograron huir. Los cristianos perdieron aproximadamente 30 galeras y 8.000 hombres.

Al anochecer, y previéndose mal tiempo, los cristianos se retiraron victoriosos al puerto de Petala.


El 17 de octubre, la galera “El Ángel” entró en Venecia trayendo la noticia de la victoria, inundando de gozo a la cristiandad, que en su conmemoración, instituyó el día 7 de octubre como el día de Nuestra Señora del Rosario, en agradecimiento a la virgen a quien el Papa había solicitado protección.

viernes, 1 de mayo de 2009

Pearl Harbor 7-12-1941. El despertar del gigante dormido.





Cuando Japón firmó el pacto del Eje con Alemania e Italia, Estados Unidos supo que sus posesiones en el Pacífico que había conseguido en el siglo XIX corrían riesgo, pero desestimaba el poder bélico del Imperio nipón. Todavía sentía la Segunda Guerra Mundial demasiado lejos como para involucrarse.

Pero Japón se estaba preparando para la guerra desde hace mucho. Había tomado Manchuria y estaba planeando un ataque sorpresa para destruir la flota norteamericana apostada en Pearl Harbor (Hawai), y así inclinar la balanza del poder a su lado en el Pacífico. La flota de Nagumo se había reunido para ese fin en la bahía de Tankan desde el 22 de noviembre de 1941: estaba compuesta por tres portaaviones, dos acorazados, dos cruceros pesados, un crucero ligero, 16 destructores y tres submarinos. Delante de ellos 27 submarinos más, cinco de ellos con submarinos enanos para atacar a los buques norteamericanos anclados en el puerto. Toda esta operación se realizaba mientras los embajadores de ambos países estaban negociando en Washington un tratado de paz.



El 26 de noviembre la flota japonesa parte hacia Pearl Harbor en el más absoluto sigilo. El factor sorpresa fue tan importante que cualquier embarcación que los avistara debía ser capturada o hundida (si fuera un buque de guerra la operación sería suspendida).

El plan de ataque se dividiría en dos etapas: la primera consistía en el ataque de 183 aviones, entre bombarderos, torpederos, cazas y escoltas hacia las cinco bases aéreas de la zona (en realidad eran seis), la base de hidroaviones de Kanehoe y la isla Ford, donde se concentraba la flota norteamericana. El segundo, con 213 aviones más 70 de reconocimiento y reserva, para completar el trabajo de la primera.



En los primeros días de diciembre la flota japonesa recibió la noticia de un espía que en Pearl Harbor no habían portaaviones, pero sí 8 acorazados. Nagumo decide seguir la marcha. En la noche del 6, la flota llegó al punto donde debían desplegar el ataque. A las 5 am. del 7 de diciembre, dos hidroaviones salen a recorrer las islas para encontrar a los portaaviones Enterprise y Lexington, sin éxito.

A las 6:15 am. sale la primera oleada de aviones.



El éxito de la operación fue ayudada por la ineptitud de las comunicaciones norteamericanas. La más grave de todas (en la madrugada tardaron tres horas en detectar y destruir un submarino) fue la detección por radar de muchos aviones a 220 kilómetros de distancia. Cuando transmitieron la información al Centro base, les contestaron que se esperaba la llegada de una flotilla de bombardeos B-17 americanos. De esta forma se desestimó un posible ataque.

A las 7:50 am. del 7 de diciembre de 1941 se produce el primer ataque a Pearl Harbor. Los norteamericanos fueron tomados totalmente por sorpresa, aunque reaccionaron para alcanzar sus puestos de combate y defenderse como pudieran, pero la inmensidad de la ofensiva hizo inútil la resistencia. Hacia las 8:25 am. casi todos los buques de guerra fueron destruidos o puestos fuera de combate en el mejor de los casos: los acorazados Arizona, West Virginia, Nevada, California y Oklahoma recibieron los primeros impactos de los torpederos. Luego el Tennessee y el Maryland corrieron la misma suerte, mientras que los primeros fueron rematados. Sólo el buque insignia Pensylvania se salvó por estar en dique seco.




A las 8:40 am. comenzó el segundo ataque al mando del comandante Shimazaki enviando 170 aparatos. Esta vez la defensa norteamericana estuvo mejor organizada, pero no pudo evitar más daños: el Pensylvania, el único acorazado sin ser alcanzado, fue la víctima de la oleada junto con otros tres destructores.

A las 10:00 am. Nagumo dio por concluido al ataque a Pearl Harbor, a pesar que sus comandantes le habían aconsejado un tercer ataque y la búsqueda del portaaviones Enterprise que estaba muy cerca a la zona del desastre. Japón había perdido la oportunidad de destruir completamente la flota norteamericana: tres acorazados, 12 cruceros y otros 60 barcos menores no sufrieron daños, y sus talleres, diques secos y sus vitales depósitos de combustible quedaron intactos. Además, los portaaviones no fueron siquiera buscados.



Aun así, Estados Unidos había perdido dos acorazados, tres destructores y cuatro buques menores; otros tres cruceros y tres destructores sufrieron graves daños, y casi todos los aviones (246) fueron destruidos o muy dañados. Murieron 2403 personas y 1778 fueron heridos. Por el lado japonés, perdieron 29 aviones y sus cinco submarinos enanos; y 55 pilotos y 10 submarinistas murieron o fueron capturados.

Minutos después del primer ataque, Washington recibió la declaración de guerra de Japón, a pesar que ésta fue enviada antes de producida. Horas más tarde, Estados Unidos le declaró la guerra a Japón. El 11, Alemania le declaró la guerra a Estados Unidos y así la cadena del conflicto se extendió a los 5 continentes.