lunes, 19 de mayo de 2008

Isandlwana. 22 de enero de 1879. La batalla en la que no se salvó ni el gato del regimiento.



Durante la época colonial el hombre blanco atropelló y masacró a todo ejército nativo que se le pusiera por delante; algo que plasmó magistralmente Rudyard Kipling en su excelente – a la par que racista – poema “La Carga del hombre blanco”. Sin embargo hubo algunas notables excepciones: la derrota inglesa en Afganistán ( 1838-1842), la debacle italiana en Etiopía tras la batalla de Adwa (1896) o la catastrófica campaña española de Annual en 1921.

Uno de los episodios más conocidos tuvo lugar en el cono sur africano, en un sitio de nombre impronunciable: Isandlwana. Allí el orgulloso ejército de la Inglaterra victoriana fue aplastado por una fuerza zulú; de nada sirvió la disciplina de los soldados de “Su Majestad”, ni sus flamantes fusiles Martin Henry de retrocarga ante el embite de un pueblo que luchaba por su tierra ancestral. Lamentablemente esta victoria sería a la postre bastante pírrica para los zulúes, ya que la venganza inglesa no se hizo esperar.



A principios del siglo XIX, Inglaterra había ocupado Cape Town para ir extendiéndose poco a poco hacia el norte e ir colonizando todo lo que encontraban a su paso de manera que hacia 1877 los británicos eran la fuerza más poderosa en el cono sur del continente. Sir Henry Bartle Frere, el alto comisionado de la zona se propuso generalizar el dominio inglés, incluyendo en las colonias tanto a los holandeses que llevaban allí desde el siglo XVIII ( Bóers ) como a los pueblos autóctonos. La principal amenaza para los intereses británicos provenía del rey zulú Cetewayo, que se negó a deponer las armas, de manera que Bartle ordenó una gran invasión.

Las fuerzas de su “graciosa majestad” estaban al mando de lord Chelmsford y estaban compuestas por unos 17000 soldados, que iniciaron su avance en enero de 1879 con un claro objetivo: Ulundi, la capital zulú. Una vez cruzado el río Tugela, accidente geográfico que delimitaba la frontera con zululandia, Chelmsford ordenó acampar cerca de una desolada colina conocida como Isandlwana.

El 22 de enero se estableció contacto con las fuerzas nativas, partiendo Chelmsford en su persecución y ordenando dejar el campamento inglés atrás con toda la impedimenta y custodiado por unos 1700 soldados mandados por el teniente coronel Pulleine. El campamento fue atacado por una fuerza de miles de guerreros zulúes armados con lanzas y escudos de piel, aunque algunos de ellos estaban equipados con armas de fuego. Éstos estaban perfectamente organizados y podían realizar rápidas maniobras de envolvimiento doble conocidas como “cuerno de búfalo”; por otra parte su disciplina y ferocidad eran totales, así como su capacidad para cubrir larguísimas distancias durante la noche, hecho que les permitió sorprender a los ingleses en Isandlwana.

Utilizando la táctica del doble envolvimiento rodearon a los ingleses del XXIV Regimiento de Infantería, defendiendo la posición y manteniendo la disciplina pese a tener ante ellos a 20000 negros gritando con mala hostia y empuñando todo tipo de armas aptas para reducir a un elefante. Aquello tuvo que ser acojonante; los zulúes defendiendo lo suyo y bastante hartos de las intromisiones de los hijos de la Gran Bretaña hicieron picadillo al regimiento, no se salvó ni el gato. Bueno, esto último es algo hiperbólico; de los 1700 soldados murieron 1300 y resultaron gravemente heridos 350 . Unos 55 intentaron huir hacia el sur, pero 38 murieron en el intento.

Había sido una enorme victoria; ahora los nativos tenían el camino abierto hacia el sur y sólo se les interponía una pequeña iglesia-misión en donde la única fuerza británica consistía en 139 soldados, de los cuales 36 estaban enfermos. El lugar era Rourke´s Drift....pero esa es ya otra historia.


Muy recomendable resulta el visionado del film "Amanecer Zulú" de 1979, que recrea detalladamente el combate, con Burt Lancaster y Peter O´Toole.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La redacción no es que sea una genialidad.

En cuanto a otros detalles... Pues hombre. No vamos a defender aquí a los "hijos de la Gran Bretaña", pero... ¿desde cuándo los zulúes "defendían lo suyo"?

Andas flojo de historia, hijo. Los zulúes eran un pueblo fascistoide-imperialista que antes había robado esas tierras asesinando a sus legítimos propietarios. Si acaso, habrá que llorar por los Hoshas u otras tribus de esa zona exterminadas por los zulúes.

Respecto a la batalla. Simplemente un enfrentamiento entre un ejército imperialista y otro ejército imperialista. Unos imperialistas de rojo y otros imperialistas con taparrabos.

PD: Y por cierto. Los zulúes en realidad no eran tan feroces porque lucharan "por sus tierras". Sino porque iban drogados hasta las cejas. Documéntate un poco más. Ánimo. Tú puedes.

Anónimo dijo...

Dedicate a otra cosa, porque la verdad, andas flojo en batallas historicas. Además, eres bastante parcial a la hora de narrar los acontecimientos. "los hijos de la Gran Bretaña" se movian por unos intereses imperialistas y los Zulues lo mismo. RETIRATE.

Anónimo dijo...

Interesante artículo! Voy a ver la película en cuanto pueda. Y a los de los otros comentarios ( si es que no son el mismo), les diré que no se si el artículo tiene mucho rigor; pero lo que esta claro es que ellos no tienen inteligencia para hacerse oir y opinar sin faltar el respeto. Y creo que mucho peor. Asi que compraos una vida y haceis algo util, en vez de ir poniendo comentarios ofensivos porque si.