miércoles, 8 de octubre de 2008

Batalla de Guadalajara, 1937






El nuevo intento nacionalista de acercarse a Madrid tuvo lugar en el nordeste de la capital, la ciudad de Guadalajara, a 80 Km de Madrid.


En esta lucha los aliados italianos de Franco tenían unos 35000 hombres y el objetivo era que los italianos demostrasen su dominio militar. Pero la meseta española no es Abisinia.


El ataque fue iniciado, por la derecha, por la división Soria, al mando del popular héroe de la España nacional, el coronel Moscardó. Los italianos atacaron por la izquierda bajo las órdenes del general Roatta, repartidos en tres divisiones. Disponían de 81 tanques, 200 piezas de artillería ligera, una compañía de guerra química, otra de lanzallamas, 16 cañones antiaéreos, 50 cazas y 12 aviones de reconocimiento. Mussolini quería que la victoria italiana glorificase a Italia. El frente estaba defendido por la 12ª División republicana, que fue roto al primer asalto de los fascistas italianos.



Pero el tiempo jugó un papel importante, la temperatura descendió a media mañana, empezó a llover y se levantó niebla. Los italianos llevaban uniformes de verano y sus aviones no pudieron despegar y la aviación republicana, que dominaba el cielo minó la moral italiana.


El 9 de marzo se reanudó el ataque italiano y consiguieron abrir ampliar la brecha el flanco izquierdo republicano, apoderándose de pequeñas poblaciones, mientras los hombres de Moscardó avanzaban por la derecha rápidamente. La situación para el ejército de la República era muy delicada, pero los comunistas eligieron como jefe del estado mayor republicano al coronel Rojo, un militar sumamente competente, ordenó a la 11ª División, dirigida por Líster y compuesta por la XI Brigada Internacional y la Brigada del “Campesino”, que se establecieran en el tramo de carretera que va desde Trijueque a Torija, carretera que va directamente a Guadalajara. En el tramo Brihuega Torija estaba situada la 14ª División del anarquista Cipriano Mera, compuesta por la XII Brigada Internacional, encabezada por el batallón italiano Garibaldi. El día 10 de marzo Brihuega cayó en manos fascistas, mientras Moscardó avanzaba por la orilla del río Henares.


Al mediodía el batallón Garibaldi se dirigía hacia Brihuega, sin tener ni idea de que ésta había caido. A 5 Km de la población los del Garibaldi se encontraron con un motorista italiano fascista, éste al oir hablar italiano a los del Garibaldi les preguntó si esa era la carretera de Torija, y los italianos antifascistas respondieron que si. La confusión entre los italianos que vino después fue tremenda, el jefe italiano fascista creyó que los del Garibaldi pertenecían a la división del fascista Nuovoloni y prosiguió avanzando, al igual que los del Garibaldi. Cuando los del Garibaldi entablaron comunicación con la XI Brigada Internacional y comprendieron la situación se situaron a la izquierda de la carretera, entre unos viñedos, cuando aparecieron los tanques italianos fascistas abrieron fuego contra ellos, se enfrentaron entre sí dos patrullas italianas antagónicas, el jefe de la patrulla itliana fascista que estaba flipando prguntó a gritos “ Porqué nos atacáis “ y los atacantes respondieron “Porque somos italianos del Garibaldi !”. La patrulla fascista se rindió, pero la pequeña guerra civil italiana prosiguió durante todo el día en torno a una casa de campo, el palacio Ibarra. Entonces los mandos del batallón internacional italiano, entre los que se encontraba el intelectual Luigi Longo montaron una campaña de propaganda. Los altavoces gritaban “ Hermanos

¿porqué habéis venido a una tierra extranjera a asesinar a trabajadores ?”, mientras los aviones republicanos lanzaban octavillas que prometían salvoconductos a los italianos que desertaran hacia las filas republicanas, aparte de una recompensa de 50 pesetas, 100 pesetas si se pasaban con las armas incluidas.

En Roma se aseguraba que en Guadalajara todo iba a pedir de boca, Mussolini afirmaba “ nuestros enemigos en Guadalajara son principalmente rusos”.



La exaltación entre las filas italiano fascistas era grande y los oficiales se las veían y se las deseaban para impedir deserciones, al final el 11 de marzo se reanudó el ataque fascista. Rompieron la 11ª División de Líster y empezaron a avanzar con sus blindados hacia el sur, hacia Guadalajara. La brigada Thaelmann y el batallón Garibaldi intentaron detener el avance infructuosamente, pero la metereología le fue adversa a las columnas italianas, la lluvia hizo que el general Roatta ordenase un alto en el avance, oportunidad que aprovecharon los bombarderos republicanos para ametrallar y bombardear a los italianos y entonces Líster ordenó el contraataque. Los blindados T-26 y TB-5 mandados por Pavlov iniciaron la ofensiva. Trijueque fue reconquistado a bayoneta calada por los del Thaelmann y los del “Campesino”. El ataque siguió a lo largo de la carretera de Brihuega. El 18 de marzo el general Roatta pidió a Franco que se suspendiera el ataque a Guadalajara, pero el caudillo se negó en redondo. A las 13 :30 más de 100 aviones republicanos ( Chatos, Moscas, Katiuskas, Nataschas) atacaron Brihuega, seguidos de un gran ataque artillero. A las dos las divisiones de Líster y Mera rodeaban el pueblo, los italianos huyeron en una verdadera desbandada. La batalla había sido ganada por la República, un gran éxito contra la política de Mussolini.


El Duce se enfureció tanto que juró que no volvería ningún italiano vivo hasta conseguir la victoria completa.

Esta fue la última de las batallas en torno a Madrid, a partir de ese mes de marzo los nacionales iniciarían la campaña del norte, a tomar Euskadi.


Pilotos de la escuadrilla Lacalle, muy activa en la batalla

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