miércoles, 15 de octubre de 2008

El Jarama. Febrero de 1937






"Fue en España en el valle del Jarama
lugar que nunca podré olvidar
pues allí cayeron camaradas
jóvenes que fueron a luchar.
Nuestro batallón era el Lincoln
luchando por defender Madrid
con el pueblo hermanados peleamos
los de la Quince Brigada allí.
Lejos ya de ese valle de lágrimas
su recuerdo nadie borrará
Y así antes de despedirnos
recordemos quien murió allá"

En febrero de 1937 el ejército franquista sigue obsesionado con tomar Madrid por lo que se inicia de nuevo otra ofensiva, esta vez por sur-este de la capital, el objetivo, cortar la carretera Madrid- Valencia. Pero esta vez los fascistas se enfrentaban con un ejército mucho mejor preparado, lo que sería el ejército popular regular republicano, junto a las excelentes Brigadas Internacionales. En los varios libros que he consultado no se está muy de acuerdo en si la batalla acabó en tablas o fue una victoria republicana, bajo mi siempre subjetivo punto de vista la batalla fue en cierta manera una victoria republicana por el simple hecho de que los objetivos fascistas fracasaron . La batalla transcurrió de la siguiente manera :


Los nacionales atacaron con cinco brigadas dirigidas por Varela y formadas por legionarios y marroquíes, cada brigada bajo el mando de García Escámez, Sáenz de Buruaga, Barrón, Asensio y Rada, apoyadas por seis baterías de 155 mm y un grupo de artillería de la legión Cóndor. Se llevó a cabo en un frente de unos 16 Km, extendidos de norte a sur.



El ataque comenzó el 6 de febrero. La brigada de Escámez avanzó con furia hacia el pueblo de Ciempozuelos, defendido por la XV Brigada Internacional ( en la cual estaba integrado el famoso batallón norteamericano Abraham Lincoln ), cuya vanguardia fue destruida. Al día siguiente la columna de Barrón alcanzaba el punto de unión de los ríos Jarama y Manzanares, donde podía someter a la carretera Madrid - Valencia bajo su fuego artillero. El día 8 Miaja envía hacia allí a la XI Brigada, a las órdenes de Líster para ayudar al general Pozas, jefe del ejército del centro. El día 9 la defensa republicana estaba reorganizada en la orilla oriental del Jarama, pero el día 11 los nazi-onales cruzan el río, un Tabor de moros se deslizó silenciosamente hasta el puente de Pindoque ( puente que inspiraría a Hemingway en su libro “Por quién doblan las campanas”) donde los muy carniceros degollaron uno por uno a los centinelas del batallón André Marty, inmediatamente los hombres de Barrón cruzan el río. Los republicanos hicieron volar el puente, pero la mala fortuna hizo que éste quedase aún transitable para las tropas fascistas, pero los italianos del batallón Garibaldi concentraron el fuego sobre la cabeza de puente impidiendo pasar el río a más moros. Mientras, más al sur, la brigada de Asensio conquistó las alturas del monte Pingarrón, al otro lado del río ( logró cruzar el río por otro puente y con una estrategia calcada a la de Barrón ), poco después la columna de Sáenz de Buruaga se unía a la de Asensio. Los dos días siguientes fueron de una intensa lucha en la que los fachas no consiguieron avanzar casi nada. El control del cielo estaba en manos republicanas gracias a los extraordinarios “Chatos” que hacian desaparecer con gran facilidad a los Junkers alemanes.



La inexperta XV brigada internacional tuvo en el Jarama su bautismo de fuego. El batallón inglés de la brigada había recibido el embate del asalto de Asensio y tuvieron que defender una colina a la que apodaron “colina del suicidio” durante siete horas bajo el fuego de ametralladoras y artillería que les lanzaban desde la cima del Pingarrón los nacionales. Aproximadamente unas tres cuartas partes de los hombres de ese batallón no habían tenido nunca un arma cargada en sus manos, pero se portaron valientemente conteniendo los ataques de casi todas las reservas nacionalistas, mientras Líster y su experimentada Iª Brigada, llegaba por el flanco izquierdo del batallón para darles apoyo. La batalla duró todo el día 12 y las Brigadas Internacionales sufrieron grandes pérdidas. Cuatro días después gracias a la aviación, los tanques rusos y la artillería (dirigida por rusios) los legionarios y marroquíes se vieron obligados a adoptar una postura defensiva.



El día 17 de febrero fue el día del contraataque republicano, una División hizo retroceder a Barrón más allá de la carretera de Valencia, pero los ataques por parte de los internacionales contra el frente nacional fracasaron entre el día 23 y 27. En estos ataques participó el batallón Lincoln, al mando de Robert Merriman ( que inspiraría a Hemingway para crear el personaje de Robert Jordan en “Por quién doblan las campanas”), compuesto por 450 norteamericanos. Lucharon, al igual que sus compañeros ingleses, faltos de preparación pero con una valentía sorprendente, y sin apoyo artillero de los 450 murieron 120 y 175 resultaron heridos.




A partir del contraataque republicano ocurrió lo que había sucedido en la carretera de la Coruña dos meses antes, cada bando era demasiado fuerte para ser atacado, por lo que se construyeron fortificaciones y el frente se equilibró. Los nacionales sólo obtuvieron 15 Km más de terreno, mientras que los republicanos consiguieron conservar la importante carretera de Valencia. Las bajas fueron altas, 10000 entre los republicanos y 6000 entre los nacionales.




1 comentario:

PanchoLom dijo...

¿Victoria republicana? ¿Victoria nacional? ¿Tablas? Depende de cómo se mire...

Desde el punto de vista táctico, fue una victoria táctica del bando fascista: penetraron la primer alínea de las defensas republicanas, avanzaron sus líneas (aunque no demasiado) y causaron fuertes pérdidas a los defensores(casi el doble que las de los atacantes). Varios generales de la Gran Guerra (un Joffre, un Haigh o un Falkenhayn, por ejemplo) se habrían sentido satisfechos con semejantes resultados.

Pero sin lugara dudas para Franco fue una derrota estratégica: sus tropas no consiguieron el objetivo de cortar la carretera de Valencia. La reacción de la defensa republicana fue lo suficientemente fuerte y eficaz como para parar los pies de Varela y retener la carretera. A un costo espantoso, sí, pero la retuvieron. Por esto, desde el punto de vista estratégico, fue una victoria republicana, sin dudas. No decisiva, pero victoria al fin.

Supongo que quienes lo ven como "tablas" lo hacen sopesando esta contradicción, y el hecho de que, tras la batalla, las cosas en el frente del centro siguieron práctimente igual que antes. Pero, para mí, si los defensores impiden que que los atacantes obtengan lo que desean, la victoria es suya. Es así de simple.