Este enfrentamiento tuvo lugar cerca de Roma frente al puente del Tíber conocido como Pons Milvium el 28 de octubre de 312 , y combatieron Majencio contra Constantino I. La victoria fue para este último quien pasó a ostentar definitivamente el título de coemperador en el trono de occidente junto con su cuñado Licinio que lo era de oriente.
Un sinfín de luchas se produjeron en las dos partes del Imperio a consecuencia del establecimiento por Diocleciano de la Tetrarquía. Una de las últimas y más conocidas es la que enfrentó a Majencio contra Constantino, hijo de Constancio Cloro, que obtuvo la tetrarquía de occidente y Licinio sucesor inmediato de Maximino en oriente.
A la muerte del emperador Constancio en 306 Constantino fue nombrado Augusto de occidente. A su vez Majencio fue proclamado Augusto por su guardia aprovechando que Constantino se hallaba en Britania, y se hizo fuerte en la Ciudad de Roma. Constantino abandonó Britania y después de conseguir el apoyo del norte de la península de Italia y derrotar a las fuerzas de Majencio en Verona y Turín, reunió su ejército y se dirigió a la Metrópoli donde finalmente se enfrentó al ejército de Majencio que le esperaba al otro lado del Tíber.
La leyenda cuenta que una noche, antes de la batalla, Constantino vio en sueños una cruz en el cielo al mismo tiempo que una voz divina le indicaba que con ese signo vencería, in hoc signo vinces. Constantino hizo decorar los escudos de sus soldados con el símbolo de la cruz (el futuro Crismón) y se lanzó contra el ejército enemigo. El emperador se percató enseguida de que los jinetes de Majencio tenían desprotegido el vientre de sus monturas,por lo cual resultó fácil para sus tropas destripar a la caballería enemiga. Finalmente, venció después de una dura lucha.
Auxilia palatina
El mismo Majencio murió ahogado en el río, por el peso de su armadura, durante la batalla, cuando su ejército huía ante la acometida de los hombres de Constantino. Sólo su cabeza volvió a Roma al día siguiente, cuando Constantino la exhibió en señal de victoria. El triunfo de Constantino supuso un año más tarde también la del cristianismo con el Edicto de Milán y a partir del 323 con el enfrentamiento y muerte de Licinio después de la batalla de Adrianópolis el final de la tetrarquía convirtiéndose Constantino en único emperador.
Infante y caballero bajoimperial. Nótese el Crismón en el escudo del jinete.
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